En Chascomús parece que no es un solo barrio el que se convierte en un lodazal apenas llueve un poco. La mala planificación y la falta de mantenimiento a las numerosas calles de tierra convierten a algunas esquinas en atolladeros espantosos.
Ahora es María Raquel Brucetta una vecina de la zona de calles Azul y González Chávez que al ir y volver de su trabajo en una dependencia municipal le tocó ver un cuadro lamentable y lo cuenta así: